Friday, January 19, 2007

Divagaciones previas a una avisorada tristeza

Importa el resultado, o el proceso mental por el cual llegamos a ese resultado. Felicidad es lograrlo, o el recorrido del camino para alcanzarlo. Si llegamos a lo mismo, sirven de algo los mayores fundamentos que encontramos. Qué efecto práctico distingue un análisis profundo. Es más favorable sumergirnos hasta lo más recóndito de nuestra existencia para estrellarnos contra la misma respuesta. Qué beneficio trae salir de nosotros y vernos cuestionar hasta el propio cuestionamiento. Conocemos más cuando contamos con más premisas, por el sencillo hecho de estar mejor preparados para discutirlo. Qué más da esa clasificación que nuestro cerebro estructura para conectar ideas en silogismos, para dilucidar consecuencias que a su vez son premisas para nuevas consecuencias. Pretende ser la teoría un molde, un modelo predeterminado con el que no explicamos ningún caso particular, sino una generalidad invisible en la realidad. Es eficaz la deducción que coincide maravillosamente cada vez que la aplicamos a un objeto elegido al azar. Tiene sentido encontrar coincidencias, similitudes y diferencias, constataciones palpables, evidencia empírica, de facto, y desentrañar en ellas reglas ocultas, incorporales, previas a la formulación verbal, que sin embargo funcionan porque nunca han sido refutadas de verdad. Es lo complejo mejor que lo simple, o el tormento producto de una serie de maquinaciones neuronales demuestra que “ignorancia es felicidad”. Quizás era más fácil cuando no sabía, cuando ni sabía que no sabía y no tenía esa preocupación. El razonamiento tortura cerebros, demasiada actividad es placentera solo al imaginar el funcionamiento exacto de un sinnúmero de piezas trabajando simultáneamente, como una perfecta compenetración sexual. Pensar en macro, sentir la sinapsis, y sumergirse en el axioma inevitable de que siempre será insuficiente, de que siempre una mirada, un abrazo sincero, un beso, derrumbará al más grande ejército de razones. Es más sentir que pensar, es más soñarlo y vivirlo que discutir sobre cómo lograrlo.

Esto es "yo recriminándome nuevamente por la decisión más estúpida de toda mi vida". ¿Qué tendría que pasar para que vuelva a ser tan idiota?

1 comment:

Anonymous said...

Zzzzzzzzzzz que aburrida tu vida tio